El mareo, ¿sabéis?
es porque no entendemos el significado
de las palabras,
o tal vez, por falta de experiencia
cuando la gente corre a esconderse
dentro de los portales y los fantasmas
nos cubrimos con polvo amarillo
a la luz de las farolas.
Siempre es medianoche
y nadie sabe a qué velocidad
pasará el último tren,
sí el color en los raíles
del que deja la vida en el intento.
Entonces ya no hay prisa.
Solo niños desaparecidos
que fuman
como muñecos de ojos azules
y universitarios
que nunca han leído a Alejandra,
los únicos que de verdad me interesan
te enseñaron a mentir
ahora soy heroína sin suerte
o vagabunda sin nostalgia
pero tú espérame bajo la lluvia.
A este baile invito yo.
(Descosida)